sábado, 16 de mayo de 2020

IMPLICANCIAS DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Y DEL CONOCIMIENTO



RESUMEN

La sociedad de la información y del conocimiento tiene sus bases formativas hace décadas. Investigadores como Marshall McLuhan y Giovanni Sartori, ya vaticinaban cómo se transformaría la sociedad con el avance de la tecnología. Estos cambios, también traen sus implicancias negativas, por ese motivo Zygmunt Bauman lo llamó: “Sociedad líquida”. El escritor Mario Vargas Llosa, reflexiona porque siente el acecho del libro electrónico. La doctora Teresa López-Pellisa, se proyecta y presenta a las posibles patologías que sufriremos en esta “sociedad virtual”. Existe una gran diferencia entre la sociedad de la información y del conocimiento. La primera está referida al manejo de la información. La segunda, es el procesamiento de esa información para producir y aplicar conocimiento para el desarrollo humano.

PALABRAS CLAVE

Sociedad, conocimiento, información, TIC, virtual, Internet. 

1.   Antecedentes

En las últimas décadas se han vivido profundos cambios en el ámbito de la tecnología, y estos inciden en la manera cómo nos comunicamos e interrelacionamos en las diferentes áreas que se desenvuelve el ser humano. Es así, que muchos investigadores empezaron analizar estas trasformaciones en la sociedad. Uno de ellos fue Marshall McLuhan (1911 – 1981) quien describió, de forma anticipada, la revolución tecnológica y social que cambió de forma dramática a la sociedad, la cual no llegó a conocer: la Web.

Este investigador mencionó que existiría “El hombre electrónico” que “(…) deambularía por el ciberespacio, sin identidad ni rumbo determinado. La metáfora de la navegación describe este recorrido por océanos de información que el internauta no logra procesar del todo (…).” Esta idea planteada se cumple en la actualidad, ya que tenemos esa posibilidad de navegar por Internet la cual posee una gran cantidad de información, algunas no tan confiables. McLuhan, también planteó que el planeta Tierra se convertiría en una especie de aldea de enormes dimensiones, ya que las personas, gracias a la televisión, la radio y otros medios, pueden enterarse en todo momento qué sucede en cualquier lugar de manera inmediata. Es así que él desarrolló la idea que esta “aldea global” modificaría al ser humano en su esencia, ya que alteraría desde su manera de comunicarse hasta su organización social. La aldea global supone la desaparición de las distancias físicas para generar conocimientos.

McLuhan realiza una comparación en su libro “Comprender los medios de Comunicación” (1964), donde señala que la tecnología es una especie de extensión o una autoamputación del cuerpo físico. Es decir que la tecnología es como si fuera parte de nuestros órganos. Concluye afirmando: “En la edad eléctrica llevamos a toda la humanidad como nuestra piel” (p. 62 – 67). Un claro ejemplo de esta comparación son los celulares, los cuales sin darnos cuenta, los llevamos a todas partes o lugares: al dormitorio, la cocina, en el carro, en la escuela o la universidad, etc. No existe un momento y lugar en la cual nos separemos de este dispositivo, porque ya se convirtió en parte de nuestras vidas.

McLuhan presentó tres etapas, según las tecnologías relacionadas con el lenguaje y la información, las cuales son: 

- La etapa oral o prealfabética comienza con el origen del hombre y sus organizaciones sociales primitivas. Invención y propagación del alfabeto: la escritura. En esta etapa, la oralidad (palabra hablada) es de vital importancia, pues es el medio más importante para propagar el saber y construir una memoria histórica colectiva.

- La etapa alfabética extiende la memoria histórica y la creación de conocimiento fijados en la escritura propagados y compartidos entre los diferentes grupos humanos. El sello característico, de esta época, es la invención de la imprenta.

- La etapa electrónica desde la invención del telégrafo a la Internet. Los medios de propagación del saber se vuelven eléctricos primero y más tarde electrónicos, por lo que a diferencia del papel y la tinta, permiten la comunicación y distribución del conocimiento de forma instantánea y a través de largas distancias. En este contexto es donde aparecen las nuevas tecnologías de la información o las TIC.

Otro de los autores que se embarca en el análisis del inicio y desarrollo de esta sociedad del conocimiento e información es Giovanni Sartori con su libro “Homo Videns” (1997), la cual es una crítica a la sociedad multimedia de los años 90, en la que el abrumador dominio de la imagen sobre la palabra escrita está, a juicio del autor, transformando al ser humano, u homo sapiens, en un homo videns que es aquel personaje que está ligado  a las imágenes, es decir a la televisión. Es decir que esta tecnología ya empezaba a modificar el comportamiento de la sociedad. Un caso claro se puede observar cuando el niño absorto con la televisión deja de leer. Esto generará que el aparato cognoscitivo sólo responderá a estímulos audiovisuales.

Sartori también mencionó una idea, como proyectándose, y que está relacionado con la sociedad actual, citando a Negroponte (1995): “El futuro será nada más y nada menos que de la industria electrónica. Se dispondrá de una inmensa memoria que producirá un inmenso poder (…) (p.134)”, si hacemos una comparación, prácticamente se refiere al poder informativo que posee el Internet. Por lo tanto Sartori, también, ya percibía la aparición de esta nueva sociedad de la información cuando mencionó que se formarían pequeños grupos de poder en función a estos avances tecnológicos: “(…) la “tecnópoli” será utilizada por una raza patrona de pequeñísimas élites, de tecno cerebros altamente dotados que desembocará en una tecnocracia totalitaria” (p.134). Es interesante este planteamiento, porque es el inicio, en primer lugar, de la aparición de la “brecha digital[1]”; y en segundo lugar, la generación de un gobierno de técnicos o profesionales que, tendrán como misión “vigilar globalmente”, a través de la redes sociales a cualquier ciudadano de esta aldea global. Un claro ejemplo son las denuncias de Assange[2], previniendo a los ciudadanos de esta “aldea global” que estamos siendo vigilados.

El sociólogo polaco Zygmunt Bauman (1925 - 2017) planteó algunas ideas bases referidas a la globalización y su relación con la sociedad de la información cuando nos mencionó en su libro Ceguera Moral (2015) que “la globalización es la última esperanza de que exista un lugar al que uno puede ir y encontrar la felicidad”. Es decir, los productos que trae son apetecibles por los individuos de las sociedades convirtiéndoles en consumidores empedernidos, en este caso de la tecnología. Cuando se hace uso irracional de la tecnología, también estamos hablando de generar contaminación ambiental.

Bauman acuñó el término de “modernidad líquida”[3] a los tiempos actuales, basándose en los conceptos de fluidez, cambio, flexibilidad, adaptación, etc. Para él lo “líquido” lo compara con la vida cotidiana que vive una sociedad que se desplaza con facilidad, y que no es posible detener fácilmente las rutinas diarias. Todo es momentáneo y fugaz, poco a poco desaparecen las tradiciones y costumbres.

Con respecto a la sociedad de la información, hija de la globalización, Bauman analiza uno de los productos de consumo de esta sociedad, donde prima las nuevas tecnologías de la comunicación e información (TIC)[4]: el celular. Bauman señaló que “Uno jamás pierde de vista su celular. Su ropa deportiva tiene un bolsillo especial para contenerlo, y salir a correr con ese bolsillo vacío sería como salir descalzo. De hecho, usted no va a ninguna parte sin su celular (…). Esto quiere decir que nuestra forma de vida está cambiando de manera acelerada y estamos perdiendo la manera lógica de percibir las cosas, ya que dependemos de este dispositivo. Otro producto de consumo masivo es el Internet, al respecto señaló que “(…) es peligroso creer que uno domina el mundo entero gracias a Internet cuando no se tiene la cultura suficiente que permite filtrar la información buena de la mala para el consumo (…), como sabemos es abundante la información que trae el ciberespacio, sin embargo el problema radica el saber discernir entre la información útil y no útil. Finalmente, este famoso sociólogo, trata el tema ambiental y argumenta que “(…) la modernidad consiste en forzar a la naturaleza para que sirva obedientemente a las necesidades humanas”, esto en referencia a los constantes usos de manera incoherente de los recursos naturales, y la necesidad egoísta del ser humano por tratar de controlar el medioambiente con la tecnología.

Continuando con los antecedentes, el escritor premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, mencionó en su libro: La civilización del espectáculo (2013) argumentos valederos para empezar a conceptualizar y caracterizar, ¿qué es la sociedad del conocimiento e información? Las ideas principales de esta obra estriban en que la cultura, según Vargas Llosa, ha sido deshonrada por las formas masivas de comunicación que produce las redes, producto del Internet. Sin embargo, él también celebra la democratización de la cultura, porque ya no pertenecerá sólo a pequeños grupos elitistas, ya que las redes se han encargado de expandirlo de manera global. Pero, también le preocupa que esté aumentando la banalización de la cultura, lo trivial y epidérmico de los productos culturales de esta sociedad. Una idea relevante para nuestro artículo, es concerniente a la tecnología, específicamente a la aparición del libro electrónico o e-book. Vargas Llosa se plantea una interrogante: “¿sobrevivirán los libros de papel o acabarán con ellos los libros electrónicos?” (p. 143).

Para terminar, uno de los antecedentes que nos llamó la atención es el ensayo de López –Pellisa (2015) en la cual se proyecta y reflexiona sobre los desafíos que presentan las nuevas tecnologías o el universo digital. Específicamente analiza las posibles anomalías o patologías que se dan en la incorporación de los espacios digitales a “nuestro imaginario y nuestra cotidianidad”; o en palabras del prologuista Naief Yehya “los trastornos y males de una era de confusión y del cambio», esto es, «la manera en que habitamos con desparpajo e inconsciencia realidades alternativas y […] cómo nos hemos vuelto protagonistas de una inquietante ópera tecnocultural, que va de la tragedia a la comedia» (p. 16). El ensayo tiene dos capítulos. El primero titulado: “¿Qué es la realidad virtual?”, la cual la define como “(…) entorno sintético, generado por gráficos computacionales, con el que tenemos la capacidad de interactuar y sentirnos inmersos de un modo polisensorial en tiempo real” (p. 20). Las bases de esta definición están compuestas por cuatro elementos: inmersión (el objetivo es que el usuario sienta que se encuentra en una realidad percibida), interacción (supone la interdependencia entre el sistema matemático, la “máquina” y el usuario el “ser humano”), simulación (generación de imágenes sintéticas en tiempo real, generando entornos verosímiles o creíbles en base a una buena resolución y reproductor) e imaginación (interviene la imaginación del operador para hacer que el mundo virtual parezca real: inmersivo, uso de periféricos) . Estos son en esencia la composición de la práctica o del uso de la realidad virtual. El segundo, denominado: “Análisis diagnóstico de la realidad virtual”. Según la investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona, el avance tecnológico, (…) ya está fuera de control, y a punto de dominarnos. Por ese motivo diagnostica cinco “pandemias[5]”: La esquizofrenia nominal (alusión explícita a la pérdida de discernimiento de los límites que separan lo real de lo virtual), la metástasis de los simulacros (proliferación acumulativa de los espacios virtuales y digitales), el síndrome del cuerpo fantasma (El cuerpo puede ganar una nueva existencia en la realidad virtual mediante aparatos tecnológicos, como guantes especiales o cascos con visores superpotentes, en fin, son las denominadas “prótesis de hardware”, surge el análisis del ciborg, del robot y del pos-humano), el misticismo agudo (deseo por la eternidad o de la esperanza de la inmortalidad, ambiciones humanas que provocan efervescencia en el ámbito de los discursos científicos: una nueva humanidad mejorada) y el síndrome de Pandora (afán del hombre por crear mujeres artificiales, que actúen de compañeras sentimentales y sexuales, pero que, sobre todo, satisfagan los ideales proyectados sobre el sexo femenino en las sociedades desarrolladas: la “objetualización” del cuerpo femenino y los fetiches del hombre).

Este es el punto final para empezar a centrarnos en conocer ¿qué es la sociedad del conocimiento e información?. Esta interrogante, para nosotros es un punto de reflexión. Por lo tanto, podríamos decir que es un llamado para utilizar de manera “responsable” las TICS. Es una forma de pensar en el desarrollo sostenible, para algunos todavía utópico. Esta preocupación de Vargas Llosa es porque, según él, la literatura electrónica se contagiará de una escritura “(…) desmañada, sin orden ni sintaxis, hecha de apócopes[6] y jergas, a veces indescifrables, que domina el mundo de los blogs, el Twitter, el Facebook y demás sistemas de comunicación a través de la Red (…), es decir escribir con una ortografía relajada[7]. En pocas palabras es el culto a la redacción informal. Estos antecedentes son básicos para entender, de manera objetiva, qué es una sociedad de la información y del conocimiento. Etapa que nos toca vivir y comprender para actuar de manera coherente en el uso de las TIC.

1.1.       ¿Qué es la sociedad del conocimiento e información?

          Según Laraque (2010) en su ponencia presentada en el Congreso de Educación: Metas 2012, realizada en Buenos Aires, ella manifestó que “El concepto de "sociedad de la información" hace referencia a un paradigma que está produciendo profundos cambios en nuestro mundo al comienzo de este nuevo milenio. Esta transformación está impulsada principalmente por los nuevos medios disponibles para crear y divulgar información mediante tecnologías digitales” (p. 3). Como se observa este paradigma está relacionado con los productos que nos ofrece el Internet; sin embargo, el flujo de información es abundante que es necesario una alfabetización digital para discernir entre la información productiva y la improductiva. Otros investigadores lo relacionan con otras áreas, por ejemplo, la Dra. Alfonso Sánchez (2016) designó a la sociedad de la información como una forma nueva de organización de la economía y la sociedad. Esta sociedad realiza esfuerzos por convertir la información en conocimiento, y que es una característica que la identifica. Cuanto mayor es la cantidad de información generada por una sociedad, mayor es la necesidad de convertirla en conocimiento.

          La misma investigadora, Lareque (2010) también conceptualiza sociedad del conocimiento, y señala que esta sociedad no se refiere al progreso tecnológico, sino que es una alternativa para el cambio social, específicamente: la expansión de la educación. Esto quiere decir que el conocimiento tiene una estrecha relación con lo económico; por lo tanto, el aprendizaje o el aprender se vuelven necesario a lo largo de toda la vida.

          Finalmente, Avalos (2013) concluye que la sociedad del conocimiento esta “(…) determinada por el acceso y procesamiento de la información para transformarla en conocimiento”. Esto significa que el aprendizaje es lo primordial, y es parte de la vida del ser humano. 


1.2.       Características de la sociedad del conocimiento e información


1.2.1.      La sociedad de la información o la “era digital”: Según Delarbre (2007)

  • Exuberancia (extensa cantidad de datos).

  • Omnipresencia (está en todas partes y sin límites de fronteras), irradiación (las distancias geográficas y de tiempo se reducen al mínimo).

  • Velocidad (comunicación instantánea).

  • Interactividad / unilaterialidad (los usuarios son tanto consumidores como productores de información)

  • Desigualdad (no todo mundo tiene acceso a la información, ni todo país vive de la misma forma la época)

  • Heterogeneidad (internet, debates e intercambio de ideas diversas)

  • Desorientación (la gran cantidad de información que se produce y se difunde a diario causa confusión y desorienta a los consumidores y productores).

  • Ciudadanía pasiva (el consumo prevalece sobre la creatividad y capacidad de reflexión y análisis).

1.2.2.      La sociedad del conocimiento: Según Forero de Moreno (2009)

  • Las actividades económicas, laborales, educativas, culturales y comunicativas requieren de ciertas competencias cognitivas y mentales.

  • La capacidad de innovar. La idea es aprender a transferir el conocimiento, asumiendo la importancia de la fluidez en la comunicación del conocimiento.

2.             CONCLUSIONES

A la primera conclusión que llegamos es que la educación es transformación, ya no es estática; por lo tanto, es necesario, una constante indagación pedagógica en la realidad virtual y, sobre todo no olvidar, la realidad objetiva o concreta de la pedagogía. Se debe comprender que lo virtual, solo es un medio.

La segunda conclusión está relacionado con nuestras actividades de “reaprendizaje pedagógico”, la cual debemos realizarlas de manera responsable y reflexiva, porque no solo seremos guías de nuestros estudiantes, sino “tamizadores del aprendizaje” con el objetivo de lograr individuos reflexivos y con capacidad de abstracción coherente, y para eso demanda toda nuestra capacidad crítica, y sobre todo “humanizarnos”.

La tercera conclusión es alertar sobre los peligros e incertidumbres, patologías de la realidad virtual, que acechan en la sociedad de la información y del conocimiento.

La cuarta, y última conclusión, es que existe una gran diferencia entre la sociedad de la información y la del conocimiento. La primera está referida al manejo de la información de manera rápida y abundante, la cual no necesariamente está procesado o codificado[8]. La segunda, está referida al procesamiento de esa información para producir y aplicar conocimiento para el desarrollo humano.

Finalmente, formulamos una interrogante: ¿el Perú en qué etapa de la sociedad se encuentra?

3.         REFERENCIAS

Alfonso, I. (2016). La Sociedad de la Información, Sociedad del Conocimiento y Sociedad del Aprendizaje. Referentes en torno a su formación. Recuperado de file:///C:/Users/ALUMNOS/Downloads/Dialnet LaSociedadDeLaInformacionSociedadDelConocimientoYS-5766698.pdf

Avalos, M. C. (2013). La sociedad del conocimiento. México. https://static1.squarespace.com/static/51ede959e4b0de4b8d24e8a9/t/5213aa19e4b0750ce7ecb4c6/1377020441113/1.+La+sociedad+del+conocimiento.pdf

Bauman, Z. (2015). Ceguera moral La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida, 1ra edición. Barcelona, España: PAIDOS

Bauman, Z. (2004). Modernidad líquida, Tercera reimpresión, Argentina: Fondo de Cultura Económica

Delarbre, R. (2007) “Vivir en la Sociedad de la Información. Orden global y dimensiones locales en el universo digital” Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación. Número 1 / Septiembre - Diciembre 2001. Monográfico. Recuperado de http://www.terras.edu.ar/biblioteca/2/2TREJO-DELARBRE-Raul-Revista-Iberoamericana.pdf

Forero de Moreno, I. (2009). La sociedad del conocimiento. Revista Científica General José María Córdova, vol. 5, núm. 7, julio, 2009, pp. 40-44. Escuela Militar de Cadetes "General José María Córdova". Bogotá. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/4762/476248849007.pdf

López-Pellisa, T. (2015). Patologías de la realidad virtual. Cibercultura y ciencia ficción. Madrid, España: Fondo de Cultura Económica.

McLuhan, M. (1996). Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano, (1ra edición), Barcelona, España: PAIDOS

Sartori, G. (2012). Homo Videns. La sociedad teledirigida, Vigésima reimpresión. México: TAURUS.

Vargas Llosa, M. (2012). La civilización del espectáculo, Lima: Editorial Alfaguara.



[1] El concepto brecha digital es una expresión que se utiliza para señalar aquellas comunidades o grupos sociales que disponen del servicio de Internet y aquellas que no lo tienen. Tiene otro alcance amplio no solo de Internet, sino de todos aquellos instrumentos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación (teléfonos móviles, tecnologías de redes, telecomunicaciones, y demás dispositivos) lo que se viene a denominar TIC. http://www.ugr.es/~pwlac/G24_45Pedro_Maya_Alvarez.html

[2] Assange, de nacionalidad australiana y cuya página de internet WikiLeaks se ha usado para filtrar información de grandes escándalos políticos y financieros, es un héroe para muchos. Para otros, sin embargo, es un peligro para la seguridad de grandes potencias como Estados Unidos.

[3] Bauman, Zygmunt, (2004), Modernidad líquida.

[4] La Fundeu.es, Plural de la sigla TIC (tecnologías de la información y de la comunicación) se indica con el artículo u otro determinante que la acompañe (las TIC, algunas TIC…), y no añadiendo una ese mayúscula (TICS) ni minúscula (TICs).

[5] El DRAE la define como 'enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país, acometiendo simultáneamente a gran número de personas'.

[6] Supresión o pérdida de uno o más sonidos en posición final de palabra. Ejemplo: “la palabra ‘buen’ está formada por apócope de ‘bueno’"; "‘algún’, ‘ningún’, ‘primer’, ‘moto’ y ‘micro’ son apócopes"

[7] La “ortografía relajada” de mayúsculas y minúsculas resulta admisible en chats y mensajes de móvil, pero no en los correos electrónicos (Ort. 2010, p. 517).

[8] Según el DRAE: Registrar algo siguiendo un código (‖ combinación de letras, números u otros caracteres).


martes, 18 de diciembre de 2012

UNA BUENA PRESENTACIÓN EN CINCO MINUTOS Y CÓMO HABLAR BIEN

 
UNA BUENA PRESENTACIÓN EN CINCO MINUTOS
 


 HABLAR BIEN NO CUESTA NADA


DIEZ CONSEJOS PARA HABLAR Y ESCRIBIR BIEN EN ESPAÑOL


El diccionario de la Real Academia Española define el lenguaje como un “conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente”. No cabe duda de que el español cumple su cometido. Tal como señala Florentino Paredes García, profesor del departamento de filología de la Universidad de Alcalá de Henares, el español “nos sirve a todos para comunicarnos, y nos sirve adecuadamente”. Pero, ¿hablamos todos un español correcto? “No podemos decir que es descuidado”, apunta Paredes, “pero, como todas las cosas, es susceptible de mejora”.

Con la idea de ayudar a los hispanohablantes a escribir y hablar correctamente el español, el Instituto Cervantes ha impulsado la elaboración de El libro del español correcto (Espasa), un manual que pretende definir cómo debe ser el español de la norma culta. El profesor Paredes ha coordinado su edición y ha atendido a El Confidencial para explicarnos cuáles son los errores que cometemos con más frecuencia en el lenguaje hablado y escrito. Errores que, como señala el filólogo, “son muy comunes y tienen mucha visibilidad, pues aparecen en los medios de comunicación y las escuelas”, instituciones que deberían servir como referencia, pero incurren en numerosas faltas que acaban extendiéndose entre toda la población.

Lo cierto es que el lenguaje está evolucionando más rápido que nunca, y lo que hoy no es correcto puede serlo mañana. Esto de por sí no es necesariamente malo, pero hay determinados usos que deberían evitarse, pues llevan al idioma a empobrecerse y perder matices que son útiles en nuestro día a día. En opinión de Paredes, “el español que quiera hablar correctamente tiene que conocer la norma, la convención, aunque después decida saltársela”. Y hay errores que un hablante culto debería evitar a toda costa. Estos son los diez que, según Paredes, están más extendidos y son más relevantes.

 1. Ambigüedad

Para Paredes la ambigüedad es uno de los errores más graves que cometemos en el lenguaje hablado y escrito. Se da cuando “no expresamos con claridad lo que queremos trasmitir”. Cuando hablamos, este tipo de errores se pueden corregir en el trascurso de la propia conversación, pero cuando escribimos es mucho más difícil evitar confusiones.

La ambigüedad puede surgir de muchas formas, por ejemplo, cuando utilizamos incorrectamente los signos de puntuación (“lo haré como había prometido” no es lo mismo que “lo haré, como había prometido”) o cuando colocamos mal los complementos (“Se alquila habitación para estudiantes de 15 metros” no es lo mismo que “se alquila habitación de 15 metros para estudiantes”).

Otra gran fuente de ambigüedad es la tendencia reciente a sustituir verbos por nombres. Se trata de un error que comete la prensa de manera habitual, con expresiones del tipo “la elección del nuevo ministro”, que, según explica Paredes, “no sabemos bien a qué se refieren”.

 2. Pobreza léxica

Paredes asegura que el uso de “palabras insípidas” está muy extendido y hace que el idioma se empobrezca. Quizás por comodidad, se abusa de verbos como “hacer”, “dar” o “decir”, que son demasiado simples. No es lo mismo “dar lástima” que “inspirar lástima”, ni “dar golpes” que “propinar golpes”.

Ocurre lo mismo con determinados adjetivos como “bueno”, que se usa para todo, y con fórmulas cansinas del tipo “antiguas pesetas”, “apretada agenda” o “cómodos plazos”, construcciones que quizás eran acertadas el día que se inventaron, pero que han acabado convirtiéndose en lugares comunes, que es preferible evitar.

 3. Tender a utilizar palabras muy largas

“Parece que usar palabras largas es mejor”, comenta Paredes, “pero no es cierto. Tenemos que aprender a reducir los textos usando palabras más breves”. En opinión del profesor, abusamos con frecuencia de los archisílabos, utilizando palabras como “incondicionalidad”, y usamos construcciones rimbombantes que no aportan nada, como cuando decimos “en el día de hoy”, en vez de limitarnos a usar “hoy”, que dice exactamente lo mismo.
 
4. Errores de puntuación

Paredes es claro al respecto: “Son innumerables los textos mal puntuados, y en Internet son legión”. El profesor reconoce que “es difícil puntuar bien”, pero insiste en que debemos hacer un esfuerzo por hacerlo correctamente. Los signos de puntuación son decisivos para dar sentido al lenguaje escrito, pues sirven para aclarar lo que queremos decir. No es lo mismo escribir “si necesitas algo pídemelo por favor” que “si necesitas algo pídemelo, por favor”.

“La gente cree que la puntuación tiene muy poca importancia, pero no es verdad”, señala Paredes. El profesor lamenta, además, el arrinconamiento del punto y coma, un signo que da riqueza al idioma, pero se usa cada vez menos, quizás por la influencia del inglés. “Pasa lo mismo con la apertura de la interrogación”, comenta Paredes, “es un aspecto distintivo del español que merece la pena seguir utilizando”.

 5. Errores de entonación

Los errores en la entonación se cometen cuando, en el lenguaje hablado, acentuamos una palabra en una sílaba inapropiada. “A veces, como intento por destacar”, señala Paredes, “se pronuncian palabras átonas como tónicas. No se intenta remarcar nada, sino entonar distinto solo por el afán de ser distinto, o pretender ser distinto. La entonación tiene una función clarísima, contribuir a la interpretación de la oración, de las ideas que queremos trasmitir. Si cambiamos la entonación, y ponemos acentos donde no corresponde, el que nos escucha tendrá más dificultad para entender lo que decimos”.

 6. Errores de sintaxis

Los errores de sintaxis más comunes tienen que ver con el uso incorrecto de las preposiciones. Tal como señala Paredes, muchos verbos deben ir acompañados obligatoriamente de una preposición concreta, y cambiarla por otra lleva a que realicemos una construcción inadecuada. Los fallos más comunes son el dequeísmo y el queísmo, que se comenten cuando utilizamos la preposición “de” antes de “que” cuando no se necesita, o la eliminamos cuando sí es necesaria.

 7. Impropiedades del lenguaje

Para Paredes este es un “problema serio”, pues se trata de uno de los errores más extendidos y menos conocidos por la población general. Se da cuando utilizamos una palabra dándole un significado que no le corresponde. La realidad es que, como apunta Paredes, “solo tenemos una idea aproximada de lo que quiere decir una palabra, y no conocemos el significado exacto”. Esto ha conducido a que algunas palabras hayan perdido su significado original. Es el caso de “incidente”, que sólo debería utilizarse para referirse a una pelea o una riña, pero se usa para referirse a cualquier contratiempo, o “inaudito”, que se usa como sinónimo de “insólito”, pero, en realidad, se refiere a algo “nunca oído” o “monstruoso”.

Este error es una fuente constante de discusiones entre filólogos y lingüistas. Al fin y al cabo, ¿quién decide lo que significa cada palabra? Las palabras evolucionan con el tiempo, y con ellas su significado. Al final son los hablantes los que acaban imponiendo uno u otro significado, en función del uso que le dan a cada palabra. ¿Cuándo se convierte en norma lo que se usa de manera global? Paredes es tajante: “Cuando lo recoge el diccionario, que es el instrumento que nos hemos dado para ratificar la validez de algo”.

8. Extranjerismos inapropiados

La influencia del inglés, ya sea, como señala Paredes, “por desidia o por malas traducciones”, ha hecho que cambie el significado de muchas palabras españolas, que usamos para expresar lo que dice una palabra inglesa parecida. Es el caso de la palabra “bizarro”, que en español significa “valiente” o “generoso”, pero se está empezando a utilizar como sustituta de la palabra inglesa “bizarre”, que quiere decir “extraño” o “estrafalario”.

Otro error derivado de la enorme influencia que tiene el inglés sobre los hispanohablantes, tiene que ver con la tendencia a usar términos extranjeros cuando tenemos alternativas en español, correctas, válidas y que dicen exactamente lo mismo. No todos los extranjerismos son incorrectos. Palabras como “robot” se han introducido en el español porque no existía ninguna palabra en nuestro idioma con el mismo significado. Pero hay otros extranjerismos que, tal como señala Paredes, “se usan por esnobismo”, y no hacen más que dificultar el uso del español. ¿Por qué hablar de “fast food” si podemos decir “comida rápida”? ¿Por qué decir “link”, si podemos decir “vínculo” o “enlace”?

9. Errores verbales

Ocurren cuando usamos el infinitivo con valor de imperativo (no se dice “salir de aquí”, sino “salid de aquí”), o cuando construimos oraciones sin conjugar los verbos, un error muy habitual, que lleva a expresiones incorrectas como “Además, decir que…”. Se trata de una falta que se está extendiendo mucho. Tal como señala Paredes, “es obligatorio el uso del verbo en forma conjugada siempre que se trate de una oración completa”. El infinitivo solo se admite en formas muy concretas como “no fumar”.

También existe una tendencia a eliminar las formas subjuntivas, de nuevo por influencia del inglés,
dando pie a construcciones incorrectas como “no puedo creer que es verdad”, cuando se debería decir “no puedo creer que sea verdad”. El filólogo insiste en la gravedad de estos errores, pues “pueden llegar a modificar la estructura interna del español”.

 10. Redundancias

Se trata de un error muy común que cometemos cuando utilizamos dos palabras cuyos significados son repetitivos. No es correcto usar expresiones como “el colofón final” o “beber líquidos”, pues un colofón siempre es final y solo podemos beber líquidos. Paredes cree que “son detalles sutiles de significado pero que se repiten constantemente, haciendo que los textos sean muy farragosos”.

miércoles, 10 de octubre de 2012

IRONÍA DE UNA BUENA COMUNICACIÓN

 

NATIVOS DIGITALES



¿Qué es un NATIVO DIGITAL?
Se denomina nativo digital u homo sapiens digital a todos aquellos nacidos durante las décadas de los 80 y los 90, es decir, cuando ya existía la tecnología digital. Por contra, también ha sido acuñado el término inmigrante digital, haciendo referencia a todo aquel nacido antes de los años 80 y que ha experimentado todo el proceso de cambio de la tecnología.1
La tecnología digital comenzó a desarrollarse con fuerza en 1978, por lo tanto, se considera que los que nacieron después de 1979 y tuvieron a su alcance en el hogar, establecimientos de estudio y de recreación computadoras o celulares pueden considerarse nativos digitales, un ejemplo de esto son los niños y jóvenes que cogen un celular o un ipad o un computador y lo saben controlar muy bien.

Origen
Este término fue acuñado por Marc Prensky,(nacido el 15 de marzo 1946 en la ciudad de Nueva York) escritor es licenciado por el Oberlin College 1966, la universidad de Yale 1968 y Harvard Businnes school (1980). Es el autor del libro “Enseñanza nativos digitales”. Es mejor conocido como el inventor y divulgador de los términos nativos digitales y inmigrantes digitales) apareciendo por primera vez en su libro Inmigrantes Digitales en 2001. El uso de la palabra nativo es debido a que los nativos digitales pueden ser considerados habitantes de otro país ya que pareciera que han forjado su propio idioma. A fines del 2001 Vilches reflexionó sobre los cambios sociales que están experimentando los usuarios en el campo de la televisión debido a un proceso de migración digital, que supone el desplazamiento hacia un mundo altamente tecnificado, una nueva economía creada por las tecnologías del conocimiento, donde el cambio es la información y esta es la nueva identidad. En este contexto, Vilches destacaba que en la migración digital el mundo no se divide entre ricos y pobres, sino entre los que están informados y aquellos que han quedado fuera de estas tecnologías. Para Vilches la aparición de las nuevas tecnologías, junto con la internacionalización de los mercados, ha provocado una serie de migraciones que afectan a distintos ámbitos: al imaginario tecnológico, ya que la convergencia aflora nuevos y antiguos mitos en las narraciones y contenidos de los medios; al lenguaje y al mercado cultural, donde se promueve el debate sobre la cultura de los nuevos medios y su dependencia de las exigencias comerciales; a las nuevas formas narrativas; a las conductas de los usuarios, que gracias a la interactividad se convierten en manipuladores de contenidos; y, por último, a la forma de conocer, archivar y encontrar las imágenes que produce la sociedad. Las tecnologías digitales en todas sus dimensiones, pero fundamentalmente en su dimensión lingüística, de conversaciones en las que se gestan nuevos mundos de innovación (como se nos enseñó hace dos décadas Hernando Flores, 1988) generan nuevos desafíos, o inventan nuevos formatos y obligan a rediseñar los procesos educativos.

Nativos digitales e inmigrantes digitales
Porque la migración digital tiene como protagonistas a dos tipos totalmente diferentes de sujetos. Cuando se trata de industrias y formatos, quienes están a cargo no son los productores ni los consumidores actuales, ni mucho menos los que predominarán dentro de dos décadas. Se trata de personas entre 35 y 55 años que no son nativos digitales: ellos (nosotros) son (somos) los inmigrantes digitales. Por el contrario, los consumidores y próximos productores de casi todo lo que existe (y existirá) son los nativos digitales, y entre ambos cortes generacionales las distancias son infinitas, y las posibilidades de comunicación y de coordinación conductual se vuelven terriblemente difíciles, sino imposibles, a menos que existan mediadores tecnológicos intergeneracion.

ESPERO QUE NO SEA TU CASO!!!

 

VIDA DIGITAL

En estos días, la clásica división de Umberto Eco entre apocalípticos e integrados, según el tipo de aproximación a los cambios que las nuevas tecnologías imprimían en la vida social, es problemática y tal vez insuficiente. En esta clase Eduardo Villanueva (especialista TIC) propone como en contextos como el peruano incluso los sectores populares cada vez participan más intensamente de una vida digital.
 
 

LA IMAGINACIÓN VIRTUAL

 
 
Por: UMBERTO ECO

 
¿Acaso los libros, a través del poder de las computadoras y de Internet, habrán de transformarse en "estructuras de hipertexto" ilimitadas en las que el lector será también autor?Hoy en día existen dos tipos de libros: aquellos que se leen y aquellos que se consultan. Con los libros para leer se empieza en la página 1, donde, digamos, el autor explica que se ha cometido un crimen. El lector continúa hasta el final, cuando descubre quién es el culpable. Fin del libro y de la experiencia lectora. Lo mismo sucede aun si se lee sobre filosofía, digamos Husserl. El autor inicia en la primera página y sigue una serie de cuestiones en orden para que el lector entienda cómo llega a sus conclusiones.
Las enciclopedias, por supuesto, no están hechas para leerse de corrido. Si quiero saber si fue posible que Napoleón conociera a Kant tomo los volúmenes K y N y descubro que Napoleón nació en 1769 y murió en 1821, mientras que Kant nació en 1724 y murió en 1804. Es posible que los dos se hayan conocido. Para saberlo con precisión consulto una biografía de Kant. Una biografía de Napoleón, quien conoció a mucha gente, podría obviar un encuentro con Kant; una biografía de Kant, no.
Las computadoras están comenzando a cambiar el proceso de la lectura. Con un hipertexto, por ejemplo, puedo buscar todos los casos en los que el nombre de Napoleón se asocia con Kant. Puedo realizar la labor en unos cuantos segundos. Los hipertextos harán que las enciclopedias impresas sean obsoletas. Pero aunque las computadoras están difundiendo una nueva forma de leer, no tienen la capacidad para satisfacer todas las necesidades intelectuales que estimulan.
Dos inventos que están comenzando a ser explotados podrían ayudar a que las computadoras empiecen a satisfacer esas necesidades. El primero es una copiadora a través de la cual uno puede revisar los catálogos de bibliotecas y casas editoriales. Se selecciona el libro deseado, se oprime un botón y la máquina imprime y empasta una copia. Esto cambiará los métodos de editar y publicar. Probablemente eliminará las librerías, pero no los libros. Los libros se producirán al gusto del comprador, como sucedía con los manuscritos antiguos.
El segundo invento es el libro electrónico (e-book): al insertar un microcasete en el lomo, o al conectarse con Internet, uno tendrá su libro. Pero este libro será tan distinto como el primer folio de Shakespeare de 1623 lo es de la última edición de Penguin. Algunas personas que afirman que nunca leen libros impresos, ahora están leyendo a Kafka, por ejemplo, en un libro electrónico. Leer a Kafka en papel o en páginas electrónicas es igual desde el punto de vista del lector, aunque no del oculista.
Los libros sobrevivirán por su valor utilitario, pero puede ser que el proceso creativo en el que nacen, no. Para entender por qué, debemos hacer una distinción entre sistemas y textos. Un sistema son todas las posibilidades que presenta un idioma natural dado. Un conjunto finito de reglas gramaticales permite producir un número infinito de oraciones, y cada elemento lingüístico puede ser interpretado en términos de otros elementos lingüísticos, una palabra por una definición, un suceso por un ejemplo, y así sucesivamente.
Sin embargo, un texto reduce las posibilidades de un sistema y forma un universo cerrado. Tomemos como ejemplo el cuento de la Caperucita Roja. El texto comienza con un conjunto dado de personajes y situaciones (la niña, la madre, la abuela, el lobo, el bosque) y a través de una serie de pasos llega a una solución. Se puede leer el cuento como una alegoría y atribuir distintas moralejas para los sucesos y los personajes, pero no se puede convertir a Caperucita en Cenicienta.
Sin embargo, muchos programas en Internet sugieren que un relato se puede enriquecer con contribuciones sucesivas. Volvamos a la Caperucita Roja. El primer autor propone una situación inicial (la niña entra al bosque) y diversos participantes desarrollan el cuento (la niña no se encuentra con un lobo, sino con Pinocho. Ambos entran en un castillo encantado. Se enfrentan a un cocodrilo mágico). Y así sigue la historia. El concepto de autoría queda en entredicho.
Esto ya ha sucedido anteriormente algunas veces sin afectar la autoría. En la Commedia dell'arte, cada función era distinta. No se puede identificar una obra específica con un autor específico. Otro ejemplo es una sesión de improvisación en el jazz. Podemos considerar que existe una interpretación privilegiada del Basin street blues porque hay una grabación que sobrevive; pero hubo tantos Basin street blues como interpretaciones existieron.
No obstante, hay diferencia entre aquellos textos infinitos, ilimitados y aquellos que son sujetos de interpretaciones infinitas, pero físicamente son limitados. Tomemos, por ejemplo, Guerra y paz, de Tolstói: uno desearía que Natasha rechazara a Kuryagin; uno quisiera que el príncipe Andréi viviera para que él y Natasha pudieran estar juntos. Si se convierte Guerra y paz en un hipertexto, la historia puede reescribirse: Pierre mata a Napoleón o Napoleón derrota al general Kutusov. ¡Qué libertad! ¡Todo el mundo es Tolstói!
En Los miserables, Víctor Hugo hace una bella descripción de Waterloo. Hugo no sólo sabe lo que sucedió, sino también lo que pudo haber pasado. Con un programa de hipertexto se puede reescribir Waterloo de manera que Napoleón gane, pero la belleza trágica del Waterloo de Hugo es que las cosas suceden independientemente de los deseos del lector. El encanto de la literatura trágica es que sentimos que los héroes pudieron haberse librado de su destino, pero no lo hicieron por debilidad, orgullo o ceguera.
Además, Hugo afirma: "Una caída como ésa, que asombró a la historia, ¿es algo sin causa? No... Alguien, a quien nadie puede objetar, se encargó de ese suceso. Dios pasó por ahí". Eso es lo que todo libro importante nos dice, que Dios pasó por ahí. Hay libros que no podemos reescribir, porque su función es enseñarnos acerca de la necesidad, y sólo si se les respeta como son podrán darnos esa sabiduría. Sus lecciones represivas son indispensables para alcanzar un nivel más elevado de libertad intelectual y moral.