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Alfabeta
científico cultural. Basándose en las ideas de Hirsch, Shamos define este tipo
como aquella persona que
posee un conocimiento
pasivo de los
términos científicos, cierta
familiaridad con algo del lenguaje utilizado en la ciencia.
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Alfabeta
científico funcional. Idea asociada con los trabajos de John Miller, director
del International Center for the Advancement of Scientific Literacy. Este tipo
de alfabeta involucra una habilidad para usar los conceptos de la ciencia tal y
como se muestran en la vida diaria y tiene
la suficiente preparación
para leer artículos
en periódicos que
poseen contenido científico.
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Alfabeta
científico verdadero. Noción muy similar a aquella de Dewey de un “estado
mental científico”. Involucra no sólo una comprensión profunda de los conceptos científicos, sino
también una habilidad para hacer por lo menos algo de matemáticas. En este
aspecto James Trefil (1996) propone que se le llame a este tipo “competitividad
científica”
Un tipo adicional a los anteriores es el propuesto por John Miller, citado en Polino (1999), al que llama alfabeta científico cívico y que en su libro percepciones del público ante la ciencia y la tecnología dice: “(...) la alfabetización científica cívica es multidimensional (...) implica tres dimensiones relacionadas: un vocabulario básico de términos y conceptos científicos suficiente como para poder leer opiniones divergentes en los periódicos, una comprensión del proceso de investigación científica, y una comprensión de las repercusiones de la ciencia y la tecnología en los individuos y la sociedad”.
En cuanto al tipo de alfabeta funcional descrito por Shamos, vale la pena mencionar lo que comenta Polino (1999) sobre el analfabetismo funcional tradicional: (...) incluso dejando a un lado a los países más pobres del mundo, una proporción considerable de población de los países industrializados está en condiciones de analfabetismo funcional. Son personas que no poseen ciertas competencias mínimas para desenvolverse en las sociedades contemporáneas: por ejemplo, usar un fax o una computadora. (...) Este analfabetismo funcional contribuye a agravar más la situación del analfabetismo científico: “para millones de adultos que no están alfabetizados funcionalmente, el mundo de la ciencia está tan alejado como el planeta Plutón”.
Por otro lado, para Francisco Ayala, ex presidente de la AAAS y miembro del Comité de Consejeros del presidente Clinton, hoy debe entenderse como alfabetismo científico “un conocimiento del quehacer cotidiano de la ciencia”, siendo “analfabetas científicos quienes carezcan de los conocimientos suficientes para poder responder a los planteamientos técnicos que influyen de forma significativa en nuestra vida cotidiana y en el mundo de la actividad política”.
Esta última opinión la comparten Robert Hazen y James Trefil en su libro Science Matters Achieving Scientific Literacy (1991) en donde expresan: “el alfabetismo científico constituye el conocimiento que una persona requiere para entender decisiones públicas. Es una mezcla de hechos, vocabulario, conceptos, historia y filosofía. No es el conocimiento especializado de los expertos, pero sí el conocimiento más general y menos preciso usado en los discursos políticos. Si una persona puede entender las noticias del día relacionadas con la ciencia, si puede poner artículos con titulares acerca de la ingeniería genética y del agujero de ozono en un contexto significativo y, en general, si puede tratar las noticias acerca de la ciencia en la misma manera que trata todo lo que viene sobre su horizonte, entonces esa persona es un alfabeta científico”.
Para Rutherford y Ahlgren (1990), director y director asociado respectivamente, del proyecto 2061, el alfabetismo científico incluye el estar familiarizado con el mundo natural, entendiendo cómo la ciencia, las matemáticas y la tecnología son empresas humanas que dependen una de otra, y ser capaz de usar conocimiento y maneras de pensar científicas para propósitos personales y sociales.
Complementando las definiciones anteriores, revisemos la que se propone en el documento National Science Education Standards (NRC, 1996): “Alfabetismo científico significa que una persona puede preguntar, encontrar o determinar respuestas a preguntas derivadas de la curiosidad acerca de las experiencias diarias. Significa que una persona tiene la habilidad para describir, explicar, y predecir fenómenos naturales. Implica que una persona pueda identificar aspectos científicos que soportan las decisiones de tipo local o nacional y exprese opiniones al respecto sustentándose tanto científica como tecnológicamente”.
Habilidades y conocimientos para el
alfabetismo científico:
La
pregunta que surge en este momento es la siguiente: ¿qué habilidades y
conocimientos se requieren para que una persona sea considerada como un
alfabeta científico?; analicemos en primera instancia el caso Canadiense, para
las escuelas de Saskatchewan se ha reformado el currículum de primaria y
secundaria al definir el alfabetismo científico sustentado bajo siete
dimensiones. De manera muy general, estas dimensiones indican que la ciencia
permitirá al estudiante:
- Entender la naturaleza de la ciencia y
del conocimiento científico como una única
forma de conocer.
- Entender y
aplicar con exactitud los
conceptos científicos, principios,
leyes y teorías
al interactuar con la sociedad y el medio ambiente.
- Utilizar procesos de la ciencia en la
solución de problemas, al hacer decisiones, y para un mayor entendimiento del
mundo.
- Entender y apreciar la empresa
conjunta de la ciencia y la tecnología y las interrelaciones entre ellas en el
contexto de la sociedad y el medio ambiente.
- Desarrollar numerosas habilidades de
manipulación asociadas con la ciencia y la tecnología, especialmente con
medidas.
- Interactuar con los diversos aspectos
de la sociedad y el medio ambiente en formas que sean consistentes con los
valores que sustentan a la ciencia.
- Desarrollar una visión única
de la tecnología, la sociedad y el medio
ambiente como un resultado de la educación científica, y continuar
extendiendo este interés y actitud a lo largo de su vida.
Una
segunda opinión es la contenida en el documento Science for All Americans
(AAAS, 1989) que se expresa que una persona letrada científicamente debe
entender y/o saber que:
-
El
mundo es comprensible.
-
Las
ideas científicas están sujetas a cambios.
-
El
conocimiento científico es durable.
-
La
ciencia no puede proveer respuestas completas a todas las preguntas.
-
La
ciencia demanda evidencia.
-
La
ciencia es una mezcla de lógica e imaginación. La ciencia explica y predice.
-
Los
científicos tratan de identificar y evitar el sesgo.
-
La
ciencia no es autoritaria.
-
La
ciencia es una actividad social compleja.
-
Existen
principios éticos generalmente aceptados en la conducta de la ciencia.
Todo
lo anterior bajo la posesión, por lo menos en un cierto grado, de algunos de
los valores, actitudes y habilidades característicos de la ciencia, por
ejemplo:
-
Habilidades
computacionales, incluyendo la
habilidad para hacer ciertos cálculos
mentales rápidos y exactos; realizar cálculos usando papel y
lápiz y calculadoras electrónicas; y estimar respuestas
aproximadas cuando sea apropiado y comprobar la racionalidad de otros cálculos.
-
Habilidades
de comunicación, incluyendo la habilidad para expresar ideas básicas, instrucciones, e información
claramente tanto en forma oral como escrita; organizar la información en tablas
y gráficas simples y dibujar diagramas simples.
-
Habilidades
de respuesta crítica que permitan a las personas juzgar cuidadosamente las aseveraciones – especialmente aquellas
que involucran a la ciencia – hechas por publicistas, figuras públicas,
organizaciones, y los medios de noticias
y entretenimiento, y someter sus propias opiniones al mismo tipo de escrutinio
siendo menos susceptible al prejuicio y racionalización.
Bajo
esta misma tónica, el mismo documento Science for All Americans (AAAS, 1989)
indica que los conocimientos básicos que debe poseer un alfabeta científico
son:
-
La
estructura y evolución del universo, con unos énfasis en la similitud de
materiales y fuerzas encontrados en todos lados, el poder de unos principios
generales (tales como la gravitación universal y la conservación de la
energía).
-
Las características generales
del planeta Tierra,
incluyendo su localización,
movimientos, origen y recursos; la dinámica por la cual su superficie es
formada y transformada; el efecto de los organismos vivientes sobre
su superficie y
atmósfera; y cómo sus
tierras, ríos y océanos, clima y recursos tienen una
influencia sobre y cómo viven las personas, y cómo se ha desarrollado la
historia humana.
-
Los
conceptos básicos relacionados con la materia, energía, fuerza y
movimiento, con un énfasis sobre su uso en modelos para explicar
un vasto y diverso arreglo de
fenómenos naturales desde el nacimiento de las estrellas hasta el comportamiento
de las células.
-
La
rica diversidad de los organismos de la Tierra y la sorprendente similitud en
la estructura y funciones de sus células, la dependencia de las especies sobre
otras y sobre el ambiente físico, y el flujo de materia y energía a través de
los ciclos de la vida. La evolución biológica, concepto basado en la extensa
evidencia geológica y molecular, como una explicación de la diversidad y
similitud de las formas de vida y como
un principio organizador central para toda la biología. La estructura
básica y funcionamiento del cuerpo humano, visto como un sistema de
células y órganos que sirven
a las funciones de obtención de energía
a partir de los alimentos, protección contra daños, coordinación interna
y la reproducción.
-
La naturaleza
de las tecnologías, incluyendo la
agricultura, con un
énfasis tanto en la
revolución agrícola de tiempos antiguos como en los efectos de la productividad
agrícola del siglo XX con el uso de tecnologías biológicas y químicas; la
adquisición, procesamiento, y uso de materiales y energía, con particular
atención a la Revolución Industrial y a la actual revolución en la manufactura
basada en el uso de computadoras; y el procesamiento de la información y
las comunicaciones, con énfasis en
el impacto de computadoras y
comunicaciones electrónicas en la sociedad contemporánea.
ALFABETISMO CIENTÍFICO
Y EDUCACIÓN
División de Profesional
Campus Central de Veracruz, México
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